Pedernales, una provincia con abundantes riquezas naturales, enclavada en un costado del suroeste dominicano, se estĆ” hundiendo en la pobreza.
Con todo eso para avanzar, sufre hasta el agotamiento por complicaciones sociales y polĆticas que atajan sus planes de abrazar la prosperidad a travĆ©s de la explotación de ese formidable potencial.
El desempleo es un problema serio aquĆ. Mucha gente, especialmente la parte joven, ha abandonado sus hogares en la zona urbana y campos, marchĆ”ndose a regiones tan lejanas como el Este.
Algunos sobreviven de los escasos empleos pĆŗblicos y privados, la pesca y una menguada actividad agrĆcola, mĆ”s el intercambio comercial en el mercado binacional con Anses-Ć”-Pitre, del vecino HaitĆ, los lunes y viernes.
Pedernales, situada a 330 kilómetros de Santo Domingo, es la sĆ©ptima provincia de mayor tamaƱo del paĆs, pero la menos habitada, y una de las mĆ”s pobres.
Tiene uno de los suelos mĆ”s Ć”ridos del paĆs, un factor favorable a los narcos, que escogen lugares despoblados para descargar la droga que trasladan por vĆa aĆ©rea.
Migración ilegal
Los flujos de ilegales que entran a este lado es un fenómeno irregular que identifica las debilidades en el enfoque de las leyes migratorias dominicanas.
Ingresan sin dificultades, porque, segĆŗn el pretexto mĆ”s usual, “por aquĆ, los haitianos no tienen adónde ir”.
Destino de haitianos
Por eso, Pedernales es la demarcación mÔs acogedora de haitianos, donde se entremezclan y comparten con los dominicanos.
Se les puede ver en las zonas de producción agrĆcola, en ocasiones junto a hijos menores, igual que en restaurantes, servicio de motoconcho, trabajos de construcción, ventas ambulantes, mientras mujeres se prostituyen y niƱos de uno y otro sexo piden monedas para poder comer.
Un asunto destacado es el alto número de haitianas embarazadas y hasta con tres, cuatro y cinco niños pequeños.
En general, al menos el 20 por ciento de la población activa vive de la agricultura, un 10 por ciento a la pesca, un 30 por ciento labora en el sector construcción, obras privadas y el Estado, y un 6 por ciento en el comercio de productos agrĆcolas, ganado y colmados.
Se calcula que el desempleo ha empujado a aproximadamente un 3 porciento de su juventud al contrabando, hacia y desde HaitĆ, mientras un nĆŗmero elevado se dedica al servicio de motoconcho.
Sus productos agrĆcolas bĆ”sicos son el cafĆ©, habichuelas, guandules, papas, guineos, patata, yuca, apio, maĆz, aguacate y toronja.
Otra fuente de ingresos son los productos marinos, tales como pescados, langostas, lambĆes y otros mariscos, un negocio diario desempeƱado por, cuando menos, 200 personas.
NarcotrƔfico
Todos aquĆ lo saben, pero pocos quieren hablar. Al menos, en pĆŗblico. La gente prefiere el susurro y no se expone.
Desde hace tiempo, esta provincia, que ya cumplió edad de 64 aƱos, alcanza titulares sobre “bombardeo” de drogas o captura de narcos.
El trƔfico de drogas que ronda sobre los cielos de Pedernales, igual que sus aguas de mar y su espacio terrestre, estƔ interfiriendo en su esfuerzo por dejar atrƔs el atraso y dar un salto hacia el desarrollo.
El lunes 21 de diciembre de 2020, una avioneta cargada de droga se estrelló en una pista clandestina de la provincia, con saldo de un muerto y un herido.
El viernes 19 febrero de este aƱo fueron ocupados 106.8 kilos de cocaĆna en un operativo marĆtimo, próximo a Isla Beata, en Pedernales.
El jueves 23 de ese mes fueron incautados 277 paquetes de cocaĆna transportadas en una avioneta procedente de Venezuela que se estrelló en la comunidad Manuel Goya, de Oviedo, un municipio de Pedernales.
Esperando la promesa
La mañana del 30 de agosto de 2020, en pleno verano, el retumbe de aquel esperanzador anunció hizo eco en todos los confines de esta provincia y en su gente renació la consolación.
Pedernales “debe prepararse para un gran cambio que traerĆ” oportunidades de empleo y una mejor calidad de vida para sus residentes”, dijo el presidente Luis Abinader, quien prometió la construcción de carreteras, hoteles, aeropuerto y otros proyectos para la explotación del turismo, para generar cientos de empleos y aliviar los pesares de vecindarios angustiados por aprietos económicos.
Los pedernalenses estaban embullados. De eso hace mÔs de un año, y aún siguen aquà esperando, pero ha pasado mÔs de un año y los problemas empeoran en estas lejanas tierras del suroeste fronterizo.
Aquà hay muchos problemas; también mucho enojo. La desatención a esta zona es evidente, y esto sà que preocupa a muchos ciudadanos.
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