El 17 de abril de 1825 Francia reconoció la independencia de Haití, la primera república negra declarada libre 21 años antes tras la victoria de los esclavos haitianos sobre el ejército francés. Un reconocimiento a costa de una deuda colosal, que desde sus inicios frenó el desarrollo del joven Estado, hoy el país más pobre de América.

150 millones de francos oro. Ese fue el precio de la libertad para Haití del reconocimiento de Francia, en un momento en que la joven y primera República negra era rechazada por el resto del mundo. Al aceptar pagar esa suma, bajo la presión y las amenazas bélicas de la flota del rey francés Carlos X, Haití se embarcó sin saberlo en una espiral de deuda y dificultades económicas cuyos efectos aún son tangibles hoy.

Esta deuda se califica a menudo de ‘odiosa’, recuerda el geógrafo haitiano y profesor de la Sorbona, Jean-Marie Théodat: «La paradoja es que son los vencedores quienes pagan un rescate a los vencidos, porque los haitianos habían derrotado al ejército francés en 1803 para proclamar su independencia. Se trata de un pago indebido. Quienes realmente sufrieron el daño fueron los esclavos».

Una deduda que frenó el desarrollo

Se estableció que el montante, colosal, debía ser reembolsado en cinco cuotas. El primer tramo de 30 millones de francos oro era, en aquel momento, seis veces mayor que los recursos haitianos. Para pagar esa cantidad, el Estado haitiano se vio obligado a recurrir a préstamos de bancos franceses, pagando intereses y comisiones hasta los años 1950.

En total, Haití habría pagado 560 millones de dólares actuales, según cálculos del New York Times en una investigación publicada en 2022. Este freno al desarrollo, desde el nacimiento de la República haitiana, correspondería a un perjuicio de al menos 21.000 millones de dólares, según varios economistas.

Sin este obstáculo, los expertos estiman que el país más pobre de las Américas tendría hoy una economía cercana a la de República Dominicana. «Hubo elementos de modernización del Estado, como escuelas y hospitales, que lamentablemente no pudieron prosperar debido a esta falta estructural de recursos», analiza el investigador Jean-Marie Théodat.

“Medidas concretas en lugar de símbolos”

Dos siglos después, los haitianos tienen grandes expectativas respecto a Francia. El país está pasando actualmente por una grave crisis económica y de seguridad. Las pandillas controlan el 85% de la capital.

En Francia se presentan dos resoluciones ante la Asamblea Nacional. Una por las “relaciones pacíficas” y el “reconocimiento de una historia común” entre ambos países, propuesta por La Francia Insumisa. «Cuando analizamos la historia que une a ambos países, todo lo que los regímenes y gobiernos franceses han hecho en Haití y el dinero invertido, no es suficiente», afirma Gabrielle Cathala, diputada de LFI, cuya resolución llama al gobierno a reconocer «los crímenes contra la humanidad» cometidos en Haití, pero también a reforzar la «cooperación», especialmente en materia de seguridad.

Otra resolución, apoyada por diputados comunistas y de ultramar, aboga por la «reparación» y el «reembolso» de la deuda. «Como se dice en criollo, el perdón no cura las heridas. Ciertamente necesitamos símbolos, pero también medidas concretas para que el pueblo haitiano pueda salir de esta grave situación», afirma Marcellin Nadeau, diputado por Martinica.

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Reparación y compensación

Durante su encuentro con el presidente francés en enero, el ex jefe de Estado haitiano Leslie Voltaire aseguró haber planteado la cuestión de la «restitución», un término que no figuraba en el comunicado del Elíseo.

Según el Elíseo, Emmanuel Macron debe al menos anunciar este jueves 17 de abril «iniciativas» y el reconocimiento de «la fuerza injusta de la historia que golpeó» al Estado haitiano desde sus inicios.

El presidente francés también debe lanzar un «proyecto memorial» para determinar el impacto de la ordenanza del rey Carlos X en el desarrollo del país. El jefe de Estado «afirma estar dispuesto a sacar todas las conclusiones» una vez concluido el trabajo, aunque el contorno de este «trabajo histórico profundo» sigue sin estar claro.

En la prensa francesa estos últimos días varios investigadores y especialistas han subrayado la necesidad de una reparación, o incluso de una indemnización, por parte de Francia a Haití. «El tema también está muy estudiado en todo el mundo afrodescendiente, porque Haití es un símbolo», explica el investigador Jean-Marie Théodat. Haití no es la única excolonia francesa que pide reparaciones. El tema también ha surgido desde los años 2000 en Guyana, Martinica y Reunión.